Tres portadas, mil años de fe y piedra que se convirtió en leyenda.

En el corazón del casco antiguo, la Catedral de Santa María se alza como un emblema de Tudela. Comenzó a construirse a finales del siglo XII sobre la antigua mezquita mayor, reflejando la transición entre el románico tardío y el gótico.
Su interior alberga capillas laterales con retablos barrocos, columnas esbeltas y bóvedas de crucería que conservan siglos de historia y devoción. Destaca su claustro románico, con capiteles esculpidos que narran escenas bíblicas y de la vida cotidiana medieval.
La catedral ha sido testigo de coronaciones, procesiones y momentos decisivos para la ciudad, y su imponente estructura sigue marcando el skyline tudelano.